Las buenas noticias también llegan, pues hace poco se han visto reflejados los esfuerzos para combatir el cambio climático de origen humano. El grupo C40 Cities, que unifica iniciativas climáticas en 96 áreas urbanas de todo el mundo, informó que las emisiones de CO2 alcanzaron su punto máximo en 27 ciudades importantes (incluidas Londres, Nueva York, San Francisco, París y Toronto) en 2012, y han disminuido promedio de 2% cada año desde entonces. Los niveles de gases de efecto invernadero fueron “al menos” 10% más altos en el pico que durante el estudio más reciente, manifestó C40. Y eso aunque las economías y las poblaciones han crecido desde entonces.
El C40 solo cuenta las ciudades que alcanzaron su punto máximo hace al menos cinco años (para descartar los temporales), se han comprometido a reducir aún más las emisiones y tienen los datos para demostrar que la producción de CO2 ha disminuido. Una ciudad que está inheren
Es cierto que no hay un solo esfuerzo que provocó la caída. Los cambios a la energía renovable y el uso más eficiente de la electricidad ayudaron, pero también lo hizo el transporte más eficiente (incluido el transporte compartido y más a pie), más reciclaje y reducción de metano en los vertederos. Piense en ello como una combinación de pequeñas iniciativas que ascendieron a mucho.
En resumen, las disminuciones se produjeron en ciudades progresistas conocidas de América del Norte, Europa, Escandinavia y Australia. Significaría más si las emisiones disminuyen en lugares donde la producción de CO2 es desenfrenada y con frecuencia encaja con problemas de contaminación del aire como el smog. Y, por supuesto, esto solo cubre ciudades individuales, no países enteros. Incluso algunas ciudades importantes podrían no compensar completamente las emisiones en un país más grande. Aún así, es un progreso, y sugiere que el objetivo de emisiones máximas para 2020 del acuerdo de París era algo realista.