El Tiranosaurio Rex lucia completamente diferente a esas usuales y terroríficas imágenes que estamos acostumbrados a ver por ahí, según un nuevo documental de la BBC llamado: The Real T-rex with Chris Packham. El presentador, con ayuda de paleontólogos expertos recrea las imágenes de cómo lucía en realidad el T-Rex y afirma que “la ciencia prematura y la cultura popular lo interpretaron todo mal”.
El dinosaurio tenía un look más “punk”, con un penacho de plumas puntiagudas y naranjadas marcadas alrededor de sus ojos, de acuerdo con un científico que ha analizado algunos fósiles del dinosaurio y el famoso rugido dramático del Jurassic Park de Steven Spielberg pudo ni siquiera existir, pues posiblemente, el depredador emitía un rugido casi que inaudible.
A través de análisis de los fósiles de los huesos de los dinosaurios, piel, dientes y musculatura, se ha revelado que el animal podría haber tenido más cosas en común con las aves que con los reptiles, incluyendo plumas y marcas prominentes alrededor de sus ojos.
Aunque el T-Rex de Jurassic Park tiene una gran y profunda piel verde, la profesora Julia Clarke de la Universidad de Texas cree que el animal estaba cubierto de parches negros. Después de mirar la piel fosilizada del dinosaurio bajo un microscopio de escaneo de electrones, Julia encontró melanina, la cual se encarga del pigmento en la piel. De acuerdo con esto y analizando algunos animales modernos que han sido relacionados con el T-Rex, Clarke sostiene que el dinosaurio tendría un color de una paleta de cafés, negro y quizá tonos ligeros de gris, lo que serviría como camuflaje para el animal.
El T-Rex también podría haber tenido marcas de color alrededor de sus ojos, las cuales podría usar para cortejar o revelar su edad y género. Esta hipótesis surgió a partir de las marcas en el cráneo del T-Rex, las cuales son muy similares a las de las aves de rapiña.
En cuanto al famoso rugido, la profesora Clark sugiere, luego de escuchar los sonidos que hacen las aves y los reptiles, que el T-Rex emitía un profundo e infrasónico gruñido, casi mudo para los oídos humanos y podía viajar largas distancias. Una tomografía realizada al fósil del cráneo del T-Rex comprueba esta teoría.
El paleontólogo y doctor Larry Witmer de la Universidad de Ohio, dijo que la estructura interna del oído del dinosaurio era especialmente sensible a los sonidos de frecuencias muy bajas, lo que significa que podría escuchar otras de las mismas especies. La tomografía también reveló que la composición cerebral del T-Rex era más similar a la de un ave que a la de un reptil.
El T-Rex también tenía un significativo sentido del olfato y un sentido de la visión muy desarrollado, lo que le permitía coordinar el movimiento de los ojos y el cuerpo, como lo hacen las aves de rapiña y los leopardos hoy en día.
A diferencia de lo que nos hizo creer Hollywood, el T-Rex operaba en manadas pero también peleaba con su misma especie.