Facebook sigue dando de qué hablar en torno a la privacidad de sus usuarios. No hay día en que no se exponga un caso nuevo de mecanismos para hacer dinero con los datos de sus usuarios, e incluso algunos que teóricamente están pensados para mejorar la seguridad de todos. El último escándalo incorpora a Facebook Messenger, una aplicación de mensajería que se encarga de vigilar todos los enlaces y fotos enviados.
Según la misma Facebook, esto se hace para evitar usos inapropiados de la app, como por ejemplo difusión de contenido altamente terrorista. El problema es que no está todavía claro que hayan obtenido un consentimiento explícito y formado de los usuarios para vigilar todo el contenido multimedia que se envía por Messenger.
La compañía de Mark Zuckerberg dice que es una práctica habitual en el mundo de la tecnología a día de hoy, además de argumentar que nadie está viendo las fotos enviadas y que todo el proceso es automático, de la misma manera que se censuran desnudos en Facebook.
Por ahora se sabe que el mismo Zuckerberg deberá testificar en el Congreso de EEUU para aportar datos sobre el papel que Facebook pudo jugar en los resultados de las pasadas elecciones presidenciales. Exactamente 87 millones de usuarios fueron afectados por la filtración de sus datos a Cambridge Analytica, una cifra que crece cada día.
Veremos entonces cómo piensa escapar la compañía de todo este escándalo, aunque por ahora hay buenas noticias para los usuarios, pues la red social ha rectificado la protección de privacidad y el escrutinio público hace difícil volver a poner en marcha iniciativas que se cuestionen como las practicadas hasta ahora.